¿Qué queréis decir que habéis hecho pedazos a mi pueblo, aplastándolo con la tiranía más severa y triturando el rostro de los pobres? pisoteándolos, ha dicho Jehová, Dios de los ejércitos. Esa es una señal especial del tiempo que precede al Juicio Final: opresión y persecución de la Iglesia de Dios, y por esto el Señor castigará a los malvados en toda su extensión. Sin embargo, no solo los príncipes y gobernantes del pueblo han traído el juicio de Dios sobre sí mismos, sino también las mujeres de la tierra.

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