Mira a Sion, la ciudad de nuestras solemnidades, donde habita Jehová y el pueblo se reúne para adorar, alabar al Señor y celebrar sus fiestas; tus ojos verán a Jerusalén, una morada tranquila, un tabernáculo que no será derribado, como fue el caso del tabernáculo en el desierto; jamás se quitará una de sus estacas, ni se romperá ninguna de sus cuerdas, quedando intactas para siempre tanto las estacas de la tienda como los tirantes. La referencia es a la seguridad y estabilidad de la Iglesia de Dios, establecida sobre el fundamento de Jesucristo, todo el pasaje nos recuerda fuertemente el Salmo 46.

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