Hablaréis así a Ezequías, rey de Judá, diciendo: No te engañe tu Dios en quien confías, diciendo: Jerusalén no será entregada en mano del rey de Asiria. Habiendo fracasado su intento de intimidar a los habitantes de Jerusalén, Senaquerib esperaba influir en el mismo Ezequías y hacer que se rindiera.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad