En ese momento, Merodac-baladán, hijo de Baladan, rey de Babilonia y ex virrey asirio, envió cartas y un regalo a Ezequías, porque había oído que había estado enfermo y se había recuperado. De ninguna manera fue impulsado por la amabilidad al enviar esta embajada, sino que fue guiado por motivos políticos, por el deseo de formar una alianza lo más fuerte posible contra el poder asirio.

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