Yo, el Señor, te he llamado, es decir, el Mesías, a quien aquí se dirige con palabras de aliento, en justicia, en su celo por la salvación de Israel, en la expresión misericordiosa de su amor por la humanidad caída, en virtud del cual La verdadera justicia es imputada a todos los creyentes, y tomará Tu mano, tomará un agarre firme y reconfortante, transmitiendo Su poder divino, y Te guardará y Te dará por pacto del pueblo, como el Mediador del pacto hecho con el los patriarcas, por una Luz de los gentiles, para traer verdadera luz espiritual a los gentiles;

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