¡Oh, si hubieras escuchado Mis mandamientos, queriendo ahora estar atento! Entonces tu paz, la relación armoniosa entre el pueblo y el Dios de salvación, había sido como un río, llevando bendiciones en la medida más rica, y tu justicia como las olas del mar, la salvación prometida en el pacto del Señor abrumando a Su pueblo por su grandeza y poder;

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