tu simiente también, los descendientes espirituales de Israel, los creyentes en todas partes, habían sido como la arena y la prole de tus entrañas como la grava de las mismas, la idea mesiánica de la gran extensión del reino de Jehová que se presenta aquí; Su nombre, el de Israel, no debería haber sido cortado ni destruido de delante de mí. Sobre la base de todo esto, el Señor envía ahora una invitación a su pueblo para que acepte y disfrute la redención preparada para ellos:

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