Escuchen, islas, a mí, y escuchen, pueblos lejanos, que todo el mundo pagano está llamado a prestar atención a la proclamación que se hace aquí: El Señor me ha llamado desde el vientre, designando al Siervo de Jehová para Su servicio especial desde la misma hora de su nacimiento; desde las entrañas de mi madre hizo mención de mi nombre, las palabras indicando claramente que un individuo está hablando, y no toda la nación de Israel, el que ha recibido el nombre definitivo del Mesías de Israel, porque sólo él, propiamente hablando, es el Siervo de Jehová.

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