No tendrán hambre ni sed, teniendo alimento y bebida para sus almas en abundancia en la Palabra de Su gracia; ni el calor ni el sol los herirán, ya que las tribulaciones de este mundo no podrán dañarlos permanentemente; porque el que tiene misericordia de ellos los guiará, aun por manantiales de agua los guiará, las seguridades de su bondad amorosa y tierna misericordia servirán para refrescar las almas en todas las circunstancias de la vida.

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