Entonces dije, el Mesías hablando aquí en Su papel de verdadero ser humano, en la debilidad que lo acosó en Getsemaní, he trabajado en vano, he gastado Mi fuerza en vano y en vano, siendo oprimido por el dolor y el temor de muerte en medio de su obra de expiación; sin embargo, seguramente, a pesar de ese sentimiento de depresión y terror, Mi juicio está con el Señor, la causa que Él representó fue la de Jehová, y Mi obra con Mi Dios, el fruto y el resultado de Sus labores están en la mano de Su Padre todopoderoso. Es el mismo pensamiento que encontramos en la historia de Getsemaní: Si es posible, quítame esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya.

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