Oídme, los que conocéis la justicia, escogiendo la misericordia del pacto del Señor, el pueblo en cuyo corazón está mi ley, que se deleitan en la instrucción dada en su Palabra; No temáis el oprobio de los hombres, ni tengáis miedo de sus injurias, que entonces, como ahora, se derramaron sobre los creyentes por su confianza en la salvación prometida por el Señor;

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