Porque el Señor te ha llamado como mujer abandonada y afligida de espíritu, rechazada y, por tanto, sentada de luto, esposa de juventud, rodeada del amor de su marido, cuando fuiste rechazado, dice tu Dios. Esta seguridad fue dada a Sion por Aquel que, aunque una vez la había desechado, es su Dios y seguirá siendo su Dios para siempre.

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