Yo creo el fruto de los labios, ¡Paz, paz! al que está lejos y al que está cerca, dice el Señor; y lo sanaré, es decir, enviando el mensaje del Evangelio a todo el mundo, el Señor ofrece la redención obtenida por el Mesías, la curación del Sol de Justicia, a todos los hombres. Frente a la liberación de los justos, el profeta coloca el destino de los incrédulos.

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