Pídele una señal del Señor, tu Dios, esta oferta de realizar un milagro está destinada a confirmar la promesa recién hecha; pregúntale ya sea en las profundidades, en el inframundo, en el infierno, o en lo alto, en el cielo. El Señor le permitió a Acaz unir su fe a una condición nombrada por él mismo, para que se le quitara toda excusa de incredulidad.

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