Mas, oh Señor de los ejércitos, que juzgas con justicia, que pruebas las riendas y el corazón, poniendo a prueba los pensamientos más íntimos del hombre; déjame ver tu venganza sobre ellos, porque es Él cuyo honor está principalmente en juego; porque a ti te he revelado mi causa, poniendo todo el asunto delante de él para que lo ajuste.

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