Pero, oh SEÑOR de los ejércitos, que juzgas con justicia, que pruebas las riñones y el corazón, déjame ver tu venganza sobre ellos; porque a ti he revelado mi causa.

(p) Así habló, no por odio, sino movido por el Espíritu de Dios, desea el avance de la gloria de Dios y la verificación de su palabra, que es por la destrucción de sus enemigos.

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