Morirán de graves muertes, de la manera más miserable; no serán lamentados, ni serán enterrados, sino que serán como estiércol sobre la faz de la tierra, cf. Jeremias 8:2 ; Jeremias 9:22 ; y serán consumidos por la espada y el hambre, pereciendo en algunos de los grandes azotes del mundo antiguo; y sus cadáveres serán comida para las aves del cielo y para las bestias de la tierra, las aves y las fieras que los devorarán donde cayeron.

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