Tanto el grande como el pequeño morirán en esta tierra, como resultado de la retirada de Su bendición; no serán sepultados, ni se lamentarán por ellos, con los habituales signos de duelo, ni se cortará, haciéndose incisiones en la carne, ni se callará por ellos, afeitándose una parte de su cabello, una muestra de excesiva dolor y dolor en Oriente;

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