y dirán: Oíd la palabra del Señor, oh reyes de Judá y habitantes de Jerusalén, los cuales se habían vuelto ambos culpables de costumbres idólatras como las que se practicaban en este valle, sacrificios a Moloch, la abominación de Mo-abitee, Así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel, el único que tiene derecho a adorar por parte del pueblo que lleva el nombre de Israel: He aquí, yo traeré mal sobre este lugar, al que a cualquiera que oiga, le cosquillearán los oídos, resonando como después de un trueno con el horror inigualable de la noticia.

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