por tanto, así ha dicho Jehová de los ejércitos, el Dios de Israel, Jonadab, hijo de Recab, no querrá que un hombre esté delante de mí para siempre, es decir, la familia de los recabitas no moriría, y continuaría en el adoración de Jehová sin interrupción. Según los relatos de viajeros confiables, los descendientes de Rechab todavía viven en el desierto de Yemen, cerca de Senaar, en la frontera de Mesopotamia y Arabia. Así, el Señor recompensa la cuidadosa observancia del Cuarto Mandamiento con bendiciones que continúan a lo largo de muchas generaciones.

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