Y sucedió que cuando Jehudi hubo leído tres o cuatro hojas, la cortó con la navaja, la navaja del escritor con la que se apuntaba de vez en cuando la caña o estilo que se usaba para escribir, y la arrojó al fuego que estaba en el hogar, hasta que todo el rollo se consumió en el fuego que estaba en el hogar. El rey se había enfurecido tanto por el pasaje que había escuchado que no pudo contenerse, pero puso manos blasfemas sobre el rollo sagrado, cortándolo a derecha e izquierda y destruyéndolo por completo.

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