Sube a sus muros y destruye, escalando en un ataque exitoso sobre ellos; pero no termines por completo, para que la existencia de Judá llegue a su fin para siempre; quita sus almenas, o "corta sus ramas", quita sus zarcillos, es decir, los principales hombres de la nación, porque no son del Señor y, por lo tanto, son del todo inútiles.

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