Espada contra los caldeos, dice el Señor, y contra los habitantes de Babilonia, y contra sus príncipes y sus sabios, por quienes Caldea era famosa. La sentencia tiene realmente la forma de una exclamación, una llamada, pidiendo a la espada que haga su trabajo de masacrar.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad