Preguntarán el camino a Sion, la morada de Jehová, con el rostro hacia allí, sentados con firme propósito de no desanimarse ni desviarse por las dificultades en el camino, diciendo: Venid y unámonos al Señor en un pacto perpetuo que no será olvidado, ya que el primer pacto había sido hecho aparte por una nación apóstata.

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