Jeremias 50:5

Aquellos que harían que su futuro fuera diferente del pasado deben cultivar dos cosas; primero, el espíritu de investigación; en segundo lugar, un espíritu de determinación.

I. Como estos israelitas, porque las palabras están escritas en sentido figurado, hemos estado yendo "de montaña en colina", es decir, de una forma de adoración de ídolos a otra, hasta que nos hemos olvidado de nuestro lugar de descanso. Sólo hay un lugar de reposo para la criatura, y ese es el amor de Dios revelado en Jesucristo, aprehendido por el alma, al que huye, se aferra, se confía. Aquellos que quieran encontrar descanso deben encontrarlo en Dios.

Siempre hay algo hermoso en el espíritu de investigación. El mismo rostro del investigador brilla. Ese despertar del ojo como un hombre escucha al hombre que tiene sed de conocimiento, el hombre cuya alma está empeñada en encontrar su camino hacia alguna nueva región de la ciencia, o hacia alguna nueva alegría, es una vista conmovedora para el espectador; y es una influencia inspiradora para el maestro que siente que tiene un mensaje.

De todas las consultas es el camino a Sion. primero y ante todo. Cualquiera que sea la forma que adopte la indagación, éste es su significado. Incluso la investigación intelectual es a menudo un escape o un sustituto de esto. Todos creemos en un más allá en el cielo; el camino es nuestra pregunta.

II. Pero no es indiferente encontrarlo agregado, que los que preguntan por el camino a Sion deben tener también sus rostros hacia allí. El espíritu de investigación debe ser también el espíritu de resolución y determinación. Porque hay una indagación sobre el camino que es toda especulación. Incluso puede haber un interrogatorio sobre el camino a Sion con la espalda hacia él, en lugar de la cara. Una vez hubo un joven rico que le dijo a Jesucristo: "¿Qué haré para heredar la vida eterna?" pero cuando vinieron las palabras terribles: "Ve y vende ... ven y sígueme", entonces se fue triste. Hubo investigación, pero no hubo determinación. Preguntó el camino a Sion, pero su rostro no estaba hacia allí.

CJ Vaughan, Christian World Pulpit, vol. xiii., pág. 17.

Referencias: Jeremias 50:5 . Linterna del predicador, vol. i., pág. 258. Jeremias 50:23 . EP Hood, Christian World Pulpit, vol. xix., pág. 193.

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