Córtate el cabello, oh Jerusalén, cortándoselo como señal del más profundo duelo, pues Jerusalén es considerada aquí virgen consagrada al Señor, y tíralo y haz lamentación en los lugares altos, a causa de la inmundicia y la profanación. de su culpa; porque el Señor ha rechazado y abandonado la generación de su ira, el pueblo contra el cual se ha encendido su indignación, contra el cual arde su ira.

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