Y doblan la lengua como su arco para mentir, de modo que la mentira son las flechas que envían a su objetivo, pero no son valientes por la verdad sobre la tierra, no hacen un uso adecuado y apropiado de la fidelidad en sus tratos con otros; porque proceden de mal en mal y no me conocen, dice el Señor, una maldad se amontona sobre la otra. Por tanto, el Señor da su advertencia en forma de mandato:

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