¡Oh, si tuviera en el desierto, lejos de la capital malvada y de los lugares frecuentados por los hombres, un lugar de alojamiento para los caminantes, una cabaña de viaje o una caravana, como las que se encuentran en Oriente, para poder dejar a mi gente e irme! ¡de ellos! Prefería la soledad y la suciedad de una vivienda en el desierto a la compañía de su propio pueblo, que había abandonado al Señor. Porque todos son adúlteros, asamblea de traidores, que practican la mentira y el engaño.

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