Ligero como las aguas, es arrastrado irresistiblemente, como un diluvio; maldita es su porción en la tierra, como sea ​​que hayan llamado suyo; no ve el camino de las viñas, es decir, no entra más allí, el rico malhechor no puede disfrutar de sus posesiones mal habidas.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad