En un momento morirán, perecerán de la forma más repentina, y el pueblo se turbará a la medianoche y pasará, pasando naciones enteras, como un durmiente que se despierta a la medianoche solo para encontrar una muerte violenta; y los poderosos serán quitados sin mano, sin que la mano de los hombres los toque, siendo destruidos por un poder invisible superior, por mandato de Dios.

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