Al afiliado se le debe mostrar compasión por parte de su amigo, o, al que se derrite a causa de la fiereza de su miseria, y por lo tanto en la desesperación, sus amigos deben mostrar amabilidad; pero él abandona el temor del Todopoderoso, más bien, incluso si debe, o, para que no deba, abandonar el temor del Todopoderoso. Los amigos dignos de ese nombre deben estar al lado del que está en la miseria y la angustia, no sea que ceda por completo a la desesperación y abandone al Señor.

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