y sucederá que cuando hagan un toque largo con el cuerno de carnero, en una nota única y sostenida por mucho tiempo, y cuando oigan el sonido de la trompeta, todo el pueblo gritará con un gran grito, el clamor de un ejército confiado en la victoria; y el muro de la ciudad se derrumbará, se derrumbará y quedará postrado, y el pueblo ascenderá, las filas se volverán para mirar hacia la ciudad, cada hombre recto delante de él, en perfecto orden de ataque, sin volverse a la derecha. o hacia la izquierda. Esta fue la orden del Príncipe de la hueste angelical que le fue impartida a Josué en esa maravillosa reunión.

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