Y cuando hubo prendido fuego a los tizones, los dejó ir al grano en pie, los campos de trigo de los filisteos, y quemó los dos choques, donde el grano ya estaba apilado, y también el maíz en pie, que estaba en pie. aún sin cortar, con los viñedos y los olivos, para los trescientos animales, casi enloquecidos por las antorchas encendidas que envuelven sus colas en el fuego, se apresuraron primero por las tierras bajas y luego por las laderas, por los viñedos y los olivares.

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