ni mostraron bondad hacia la casa, los hijos, la familia de Jerobaal, es decir, Gedeón, conforme a todas las bondades que había mostrado a Israel. Deliberadamente se propusieron olvidar todo lo que pudiera haberles recordado el arrepentimiento. La incredulidad y la ingratitud van de la mano, porque el corazón de los hombres no es confiable. Incluso los grandes benefactores, a través de los cuales el Señor trae bendiciones sobre su pueblo, pronto son olvidados.

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