Es bueno para un hombre llevar el yugo en su juventud, para que el valor disciplinario de varios sufrimientos tenga la oportunidad de obrar paciencia en su corazón y capacitarlo para sobrellevar las cargas de la edad con mayor fortaleza y confianza en el Señor. . Aquel que ha aprendido a tomar su cruz con paciente resignación siendo aún joven, no tendrá ningún problema en ejercer la debida sumisión cuando sea viejo.

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