La ira del Señor los ha dividido, literalmente, "el rostro de Jehová los ha esparcido"; Ya no los mirará , ya no los mirará con misericordia; ellos, los enemigos, no respetaban a las personas de los sacerdotes, no favorecían a los ancianos, no tenían compasión de ellos. El rango, la posición y la edad de los sacerdotes ya no los protegían de la humillación y la degradación.

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