Los que sí se alimentaron con delicadeza, siendo muy selectivos en la selección de las viandas que cargaban en sus mesas, están desolados en las calles, sin hogar y sin comida también; los que fueron criados en escarlata, cargados en sofás del mejor material carmesí, abrazan los estercoleros, afortunados de encontrar un montón de basura para sus miembros cansados.

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