Y al leproso en quien haya plaga, toda persona que haya sido declarada leprosa por el sacerdote, sus vestidos serán rasgados, como señal de gran luto y aflicción, y su cabeza descubierta, descubierta y descuidada, y le pondrá un cubriéndose el labio superior para ocultar su aspecto usualmente espantoso, Ezequiel 24:17 , y gritará: ¡Inmundo, inmundo! como advertencia a los transeúntes.

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