También un hombre o una mujer que tenga un espíritu familiar, o que sea un mago, que consulte con los espíritus de los muertos o practique la nigromancia, seguramente será ejecutado; los apedrearán con piedras; su sangre será sobre ellos. De esta manera se evitó toda contaminación causada por abominaciones idólatras, e Israel se mantuvo consagrado para el servicio del Señor.

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