y el sacerdote la valorará, sea buena o mala; como tú lo valoras, quien eres el sacerdote, así será. El sacerdote debía fijar un precio medio, ni demasiado alto ni demasiado bajo, porque las ganancias de la venta se utilizaron en interés del Santuario.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad