Y el sacerdote pondrá un poco de la sangre sobre los cuernos del altar del incienso aromático delante del Señor, que está en el Tabernáculo de la Congregación; los cuernos del altar de oro se usarán solo en este caso y cuando toda la nación haya sido preocupado, ya que el delito se consideró especialmente grave; y derramará toda la sangre del becerro, la mayor parte del mismo, pero poco heno se usó para las ceremonias del Lugar Santo, al pie del altar del holocausto, que está a la puerta del Tabernáculo del Congregación, en la audiencia pública. La sangre del sacrificio, que debía expiar el pecado, se colocó de manera muy prominente ante los ojos del Señor, para suplicar su perdón.

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