También mató el becerro y el carnero como sacrificio de ofrendas de paz, que era para el pueblo, un acto de acción de gracias por la gracia recibida hasta ahora y una oración por el mantenimiento de la comunión misericordiosa de parte de Jehová. Y los hijos de Aarón le presentaron la sangre, que roció sobre el altar alrededor.

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