Y al instante recobró la vista y le siguió glorificando a Dios; y todo el pueblo, al verlo, alabó a Dios.

Jesús, tan pronto como escuchó el llanto quejumbroso, se detuvo en el camino y ordenó que le trajeran al ciego. Y ahora se encontraron manos dispuestas sin problemas para prestar el servicio requerido. Para escuchar la oración de fe, Jesús le preguntó al hombre qué deseaba que hiciera por él. La petición del ciego fue incidentalmente una confesión, porque llamó a Jesús Señor, confesando que era Dios, tal como había expresado previamente su creencia de que Jesús era el Mesías.

Aquí hubo una plena confesión de fe en la persona y en el oficio de Jesús. Con la fuerza de esta fe, hizo su oración para poder ver, para que se le abrieran los ojos. Y Jesús, en la profundidad de su simpatía por todos los hombres, en cualquier problema que pudieran tener, pronunció la palabra todopoderosa que le abrió los ojos: Recibe tu vista. Su fe había ganado la bendición de la curación misericordiosa para él.

"Tan pronto como suena la palabra: Recibe tu vista, él lo cree; por lo tanto, lo que él creyó ahora le sucede. Esa es la primera lección que debemos aprender de este evangelio, a saber, creer la Palabra de Dios con total, corazón confiado, sin vacilar. ”En seguida recobró la vista y siguió a Jesús, con la boca rebosante de alabanza a Dios. Confiando en la misericordia de Dios y el amor de Cristo por los pecadores y su simpatía por aquellos que sufrían de alguna manera por la maldición del pecado, fue sanado sin demora.

Y toda la gente que vio este milagro también alabó a Dios. Nota: Un cristiano que ha recibido alguna evidencia de la misericordia de Dios, en los innumerables beneficios conferidos a través de los medios de Dios, realmente nunca tiene motivo para quejarse, sino que siempre debe encontrarse con su boca cantando las alabanzas de Aquel que lo ha guiado. de las tinieblas del pecado y de la incredulidad a Su luz maravillosa.

Resumen. Jesús cuenta la parábola s

de la viuda importuna y d

del fariseo y del publicano, bendice a los niños que son traídos

le habla al joven rico acerca de los sacrificios por su causa, da a sus discípulos la tercera predicción

de Su Pasión, y sana al ciego de Jericó.

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