Un hijo honra a su padre y un siervo a su señor, de acuerdo con el mandamiento de Dios; Entonces, si soy Padre, ¿dónde está mi honor? ¿Por qué persistían en su comportamiento antinatural y le negaban la obediencia que tenía derecho a esperar? Y si soy un maestro, ¿dónde está mi miedo? ¿Por qué no le dieron la reverencia y el respeto que le correspondían? os salve Jehová de los ejércitos, oh sacerdotes, que desprecian mi nombre, los mismos que debían haber sido líderes del pueblo en guardar la ley, siendo sus líderes en transgredir la ley. Y decís, como si sintieras sinceramente resentimiento por la acusación contra ellos: ¿En qué hemos despreciado tu nombre? Pero el Señor tiene preparada su respuesta,

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