El hijo honra a su padre, y el siervo a su señor: si yo soy padre, ¿dónde está mi honra? y si soy maestro, ¿dónde está mi temor? dice Jehová de los ejércitos a vosotros, sacerdotes que desprecian mi nombre. Y decís: (e) ¿En qué hemos despreciado tu nombre?

(d) Además del resto del pueblo, principalmente condena a los sacerdotes, porque deberían haber reprochado a otros por su hipocresía y por no ceder a Dios, y no deberían haberlos endurecido con su ejemplo para hacer mayores males.

(e) Señala su gran hipocresía, que no quiso ver sus faltas, pero la mayoría las cubrió con descaro, y también lo fueron los guías ciegos.

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