Y Jesús recorría todas las ciudades y aldeas, enseñando en sus sinagogas, predicando el Evangelio del Reino y sanando toda enfermedad y toda dolencia entre la gente.

Otro resumen de la obra profética de Cristo, como el capítulo 4: 23-25. Repetidas veces, sin cansarse, Jesús hace sus viajes por el país galileo. La gente del país tuvo plena oportunidad, no solo de conocer la verdad, sino de establecerse en la verdad. Visitó no sólo todas las ciudades, sino también las aldeas, enseñando en preparación para la aceptación del mensaje que traía, predicando las propias noticias del Evangelio y dando prueba de su carácter divino por los milagros de curación que realizó.

Él proclamó el Evangelio del Reino, no de un reino de este mundo, ni de un principado temporal ni de una reforma social, sino una comunión de creyentes en unión con Él como su Cabeza. "Eso significa estar en el reino de los cielos, si soy un miembro vivo del cristianismo, y no solo escucho el Evangelio, sino que también creo".

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