Sanando todas las enfermedades.

Cristo el medico

La actividad sanadora de Cristo tenía este doble valor: era evidencia de Su autoridad divina como Maestro; era una imagen detallada dirigida al sentido de lo que, como restaurador de nuestra raza, se proponía hacer en regiones completamente más allá de la esfera de los sentidos. Pero estos aspectos de Su cuidado por el cuerpo humano no fueron primarios, sino incidentales. Podemos inferir con reverencia y certeza que su primer objetivo fue mostrarse como el restaurador de la naturaleza humana como un todo, no sólo de la razón y la conciencia, sin el cuerpo. Así, nuestro Señor ha arrojado esplendor sobre la profesión médica, asociándola con Su obra redentora.

1. El médico no puede señalar con autoridad dada a ningún otro hombre la actual fuerza operativa de algunas de las leyes de Dios. La conexión entre la indulgencia y la decadencia. Puede dar razones físicas para la verdad moral.

2. El médico puede señalar los verdaderos límites del conocimiento humano. Conoce la ignorancia de la ciencia.

3. La profesión médica puede ser maestra de reverencia-reverencia por el cuerpo como tabernáculo del alma.

4. La profesión de la medicina es por la naturaleza, casi me había atrevido a decir por la necesidad, del caso un maestro de la benevolencia. ( Canon Liddon. )

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