Allí te consumirá el fuego, en medio de estos preparativos; la espada te cortará, te devorará como el chancro, como la langosta destruye; hazte a ti mismo como el chancro, como los insectos devoradores; hazte a ti mismo como langostas. El pensamiento es este: el fuego y la espada, como langostas que devoran todo lo que tienen por delante, consumirían Nínive, aunque la ciudad con sus masas de casas y habitantes se asemejaría a un enjambre de langostas.

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