Y me dijeron: El remanente que queda del cautiverio allá en la provincia de Judea, unos noventa años después del destierro, está en gran aflicción y oprobio, en adversidad a causa del trato despectivo de los pueblos vecinos; También fue derribado el muro de Jerusalén, y sus puertas quemadas a fuego. A Zorobabel y Ezra se les había otorgado el poder de reconstruir el Templo y reparar las viviendas de la ciudad, pero más allá de esto su jurisdicción no se había extendido; la condición arruinada todavía era evidente por todos lados.

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