Y no tendréis pecado por ello, de disfrutar de sus ingresos con sus propias familias, cuando haya extraído de él lo mejor de él, si tan sólo se observara esta provisión; ni profanaréis las cosas santas de los hijos de Israel por hacer caso omiso de estas ordenanzas, o por llevar las ofrendas del Santuario a un lugar inmundo, para que no muráis. Si tanto dependió de los preceptos de los tipos y las sombras de las cosas por venir, ¡cuánto más nos corresponde a los cristianos observar la voluntad del Señor en todos los aspectos!

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad